Antes de que Iris poseyese su máquina de escribir y antes de que Enva cantase su canción, una joven diosa vagaba a través de los sueños ajenos.
Nacida entre las llamas del inframundo, Matilda es la diosa más joven de su clan, bendecida con la noble magia de los mensajeros. Pero en una tierra en la que los dioses se matan entre sí por la magia, Matilda deberá madurar antes que los demás. Puede que se la conozca por ser capaz de llevar mensajes a través de los reinos, pero también porta sus propios secretos: uno de ellos podría ser letal; el otro, un mortal que sueña con ella, a pesar de nunca haberse conocido.
Hace diez años, Vincent de Beckett le escribió una carta a Matilda en la noche más aciaga de su vida, suplicándole a la diosa de la que se había hecho amigo en sueños que le brindase su ayuda. Pero sus plegarias no obtuvieron respuesta alguna, endureciendo así para siempre su corazón y acabando con su devoción por los dioses. Hasta que la misma diosa de la que se hizo amigo entró un día por su ventana, con una carta en la mano que cambiaría el destino de ambos. Matilda y Vincent están unidos por los hilos del destino y por la promesa de un futuro más allá de los sueños, uno que podría reescribir los oscuros y sangrientos designios de los dioses. o acabar con ellos.
