Pocas veces se ha contado cómo es de verdad nuestro mundo de la edición, cómo funciona su trastienda, qué pasa en los comités editoriales y en los consejos de administración, qué ocurre con los derechos de autor, con los premios llamados literarios…
A través del relato personal de cierto Personaje secundario (un tal Enrique Murillo, traductor, editor, periodista cultural…), en estas páginas se recorre medio siglo de edición, libros y lecturas, y se cuentan los extraños placeres y las horribles miserias de un sector muchas veces tan sobrevalorado como desconocido.
Enrique Murillo ha estado en muchas partes. Colaboró durante casi diez años en Anagrama; fue director editorial y alto ejecutivo en grandes grupos como Bertelsmann, Planeta y Santillana; creó una diminuta editorial llamada Los libros del lince. También participó en la fundación de un suplemento que él llamó Babel y alguien rebautizó como Babelia. Y gracias a sus informes de lector y traducciones, hemos conocido a Martin Amis, Vladimir Nabokov, Salman Rushdie… Y a Pombo, Pisón, Loriga, Perezagua, Lijtmaer y Reguera… Este libro, no exento de socarronería al mismo tiempo que de tristeza, desmonta muchos mitos. Porque junto a la pasión por la lectura y por la literatura, también se habla del negocio del que forma parte la edición, al igual que del maltrato que reciben a veces los autores, traductores, correctores… que son los pies de barro en este sector. Jorge Herralde y Javier Marías; Carmen Balcells y sus confidencias; Arturo Pérez-Reverte y su intento de fichaje por la competencia; Terenci Moix sin peluquín; Oriana Fallaci y su caviar; Salman Rushdie y su primer paseo en libertad… son algunos de los protagonistas de esta historia.
«Enrique Murillo, el lince de los libros», Lucía Lijtmaer